El juego es la primera puerta que abren los niños y las niñas al saber. Representa uno de sus primeros medios de comunicación al permitirles interactuar, tomar decisiones y construir relaciones con los demás; lo cual representa un papel fundamental para su formación personal e intelectual, siendo un método infalible a la hora de estimular su aprendizaje.
A veces el juego suele relacionarse meramente con el ocio y entretenimiento, pero lo cierto es que incluir el juego en el aula como método de enseñanza y aprendizaje, no solo apoyará la adquisición de conocimientos y habilidades, sino que les enseñará a los estudiantes a trabajar en equipo y solucionar dificultades por medio del uso de una destreza cognitiva. En Genesis Foundation te compartimos 4 pasos para utilizar el juego como recurso infalible al momento de fortalecer el aprendizaje de los estudiantes:
1. Realizar un diagnóstico y fijar un objetivo: antes de comenzar a incluir el juego en el aula, es esencial trazar un plan de trabajo en donde se fijen los objetivos y metas por alcanzar, así como las estrategias para poder llevarlo a cabo con éxito. Realiza un diagnóstico a tus estudiantes que determine cuáles son sus intereses o expectativas frente a la clase, esto te facilitará saber qué juegos utilizarás de acuerdo a sus necesidades y así mismo qué destrezas, habilidades o conocimientos en específico quieres estimular y fortalecer por medio del juego.
Te recomendamos realizar un plan de trabajo por medio de un esquema o tabla que contenga el objetivo principal, específicos, actividades a realizar, fechas, evaluaciones, entre otros. En el siguiente gráfico puedes encontrar los ítems básicos para construirlo, a partir de estos, puedes desprender otros que consideres esenciales para el desarrollo de tu práctica en el aula:
2. Motiva a los estudiantes creando un sistema de recompensas: la recompensa es parte fundamental del juego, siempre hay un premio para los ganadores. En el aula esto puede ser usado a favor del docente al convertirse en un incentivo para que los estudiantes participen de las actividades planeadas, al tiempo que aprenden sobre la competencia sana y cómo dar lo mejor de sí les permitirá alcanzar lo que se proponen.
Para los estudiantes de primaria, puedes crear un sistema de recompensa en el que el grupo ganador obtenga la oportunidad de ser el encargado de liderar una de las actividades a desarrollar durante el curso, por ejemplo, elegir qué libro leerán a la siguiente semana o poder elegir el juego que prefieren la próxima vez. También es importante que premies a aquellos estudiantes que se destacaron por ser líderes, trabajar mejor en equipo y respetar a sus contrincantes. Esto les hará entender que no solo tienen valor aquellos que llegan de primeros, sino también aquellos que buscaron el bienestar de todos antes de alcanzar un premio para sí mismos.
3. Establecer las normas del juego: antes de comenzar cualquier juego, es importante hacer conocer a los estudiantes las reglas del mismo, esto evitará confusiones, delimitará comportamientos y promoverá una competición limpia, al tiempo que permite que se generen cierto tipo de espacios e interacciones entre los niños que pueden favorecer el objetivo que planteaste en tu plan de trabajo y propicien el desarrollo de cierta habilidad, destreza o conocimiento.
Un conjunto de normas efectivo debe contar con las siguientes características:
Ser sencillo: las normas deben ser concisas y claras, evitando dar rodeos.
Ser coherente: deben tener un hilo conductor que las haga comprensibles para todos los estudiantes.
Fundamentado en bases: las normas deben estar construidas a partir del conocimiento sobre el tema que será enseñado a los niños por medio del juego, de este modo se sabrá encaminar el juego y sacar provecho de todas las enseñanzas que trae consigo.
Tener un propósito: normalmente cuando los estudiantes escuchan la palabra “reglas” o “normas” se desaniman y sienten rechazo hacia estas, motivo por el cual toda norma debe tener un propósito claro que haga a los participantes apropiarse del juego y saber que al cumplirlas están aportando a dicho objetivo y al beneficio de todos.
4. Elegir juegos que impulsen el desarrollo de habilidades en los niños: para tener éxito incluyendo los juegos didácticos como método de enseñanza y fortalecimiento del aprendizaje en el aula, es esencial saber qué tipo de juegos propician el relacionamiento y desafíos cognitivos para los estudiantes. Estas son dos ideas de tipo de juegos que puedes utilizar, especialmente para desarrollar habilidades socioemocionales para la vida:
Juegos de cooperación: estos juegos son ideales para fortalecer los vínculos entre los estudiantes del salón, al ser la colaboración entre ellos su principal objetivo. Este tipo de juegos pretenden generar espacios en los que todos los miembros del equipo puedan participar y no exista algún tipo de discriminación sobre “buen” o “mal” jugador, todos son necesarios para lograr ganar el juego y cada uno en su singularidad puede aportar diferentes habilidades o capacidades.
Yincana: la Yincana es el nombre dado a todos los juegos que requieren realizar numerosas pruebas de competición para alcanzar la meta. Puedes realizar una en el salón de clases poniendo varias estaciones en las que cada grupo deberá resolver un acertijo, realizar una prueba relacionada al tema de clase o idear algo para que puedan continuar a la siguiente estación, el equipo que llegue primero será aquel que supo poner las habilidades de todo el grupo en conjunto para obtener un objetivo.
Juegos de comunicación: estos juegos buscan estimular la comunicación entre los estudiantes, logrando fortalecer en ellos la escucha activa durante la comunicación verbal, así como la comunicación no verbal, retándolos a expresarse por medio de gestos. Este tipo de dinámicas son esenciales para el desarrollo de habilidades socioemocionales en los niños al permitirles dialogar con sus pares y de esta forma superar inseguridades, formar un pensamiento crítico y transmitir aquello que sienten, piensan o sus ideas y respetar las de otros.
Mímica: un juego ideal para desarrollar habilidades en comunicación no verbal es la mímica, ya que los estudiantes deben hacer entender a otros lo que están expresando por medio de gestos. Para esta actividad anota en varios papeles actividades cotidianas o relacionadas a la materia que dictas. Luego divide el grupo en tres y haz que un miembro de cada equipo represente la actividad que obtuvo en el papel. Para que sea más retador estipula un límite de tiempo para adivinar.
Así pues, incluir el juego en el aula, siempre se convertirá en un escenario retador para los niños, ya que les plantea metas y los hace reflexionar acerca de sus acciones, apoyando su desarrollo emocional frente a la frustración de perder y frente a la satisfacción de ganar. En Genesis Foundation apoyamos a los juegos como método de pedagogía para transmitir conocimientos y desarrollar competencias necesarias para la vida. Si quieres conocer más de nuestro trabajo y nuestros programas de calidad, te invitamos a suscribirte al formulario a continuación o realizar un aporte para que más niños en Colombia puedan alcanzar un futuro mejor.
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