Los hábitos de estudio son el mejor método para que los estudiantes obtengan éxito en su desempeño académico, ya que desarrollan las habilidades necesarias para alcanzar un mejor aprendizaje, tales como la concentración, buen manejo del tiempo, planeación y disciplina. Es por esto que, tanto los establecimientos educativos, como los padres de familia, deben crear un espacio favorable para que los niños y las niñas puedan reforzar lo aprendido, realizar sus tareas, consultar, dedicar un tiempo a la lectura o resolver dudas.
A veces la hora de hacer los deberes escolares se convierte tediosa y poco llamativa, por lo cual, como maestros y padres pueden desmotivarse, pero desde Genesis Foundation, queremos recordarte 5 motivos por los cuales los
hábitos de estudio influyen positivamente en los procesos de aprendizaje
de tus hijos o estudiantes:
1. Desarrollan concentración: la concentración es creada por los hábitos de estudio y es una capacidad fundamental en el aprendizaje de los estudiantes. Es la forma en la cual nuestro cerebro se vincula con una temática, no solo racional, sino también, pasionalmente. Es entonces esencial desarrollarla en los niños porque el sentido del estudio es poder sentir la motivación del descubridor y la capacidad de sorpresa frente al mundo que los interpela.
Para asegurar que tus estudiantes o hijos logren concentrarse al momento de estudiar, es crucial saber de qué forma ellos logran concentrarse mejor.
No se trata simplemente de separarles un espacio tranquilo, iluminado y ordenado de la casa, o llevarlos a un salón de clases en silencio; la clave está en reconocer qué actividades atrapan la atención de ellos y utilizarlas como herramientas para lograr que despierten gusto y amor hacia lo aprendido. Los aprendizajes que dejan huella, jamás serán olvidados.
2. Reducen el estrés: con el paso de los años, los niños van adquiriendo más carga académica y con esto, pueden verse afectados por nervios, ansiedad y estrés, al ver que tienen muchas responsabilidades por cumplir y un término de tiempo corto para realizarlas. Por lo tanto, si enseñamos a nuestros hijos y estudiantes desde pequeños a saber qué, cuándo, cómo y dónde estudiar, generaremos un impacto positivo a lo largo de sus vidas porque serán capaces de crear estrategias de estudio, manejando el tiempo de tal forma que puedan cumplir con todos sus deberes sin angustiarse.
Una mente estresada frenará el desarrollo académico al producir falta de atención, somnolencia, problemas de memoria, baja motivación e irritabilidad. Como padres y docentes, hay que enseñarles que distraerse y disfrutar, también es esencial en sus vidas. Ellos necesitan del juego, la exploración y amistades, para fortalecer su aprendizaje y formación como personas. Todo es un equilibrio, no solo queremos estudiantes e hijos con buenas calificaciones, sino también niños y niñas felices, sanos, tranquilos y que disfrutan de su niñez.
3. Mejora la memoria y comprensión: la memoria es un músculo que se puede desarrollar. Una de las mejores formas para hacerlo es mediante la aplicación de unas buenas técnicas de estudio, lo cual también mejora la comprensión. Comprender es la puerta que abre paso a alcanzar una buena memoria. Si un estudiante no comprende aquello que se le está explicando, no podrá memorizarlo ya que su atención se dispersará y simplemente lo rechazará.
Existen varias actividades para ejercitar la memoria e ir fortaleciendo esta capacidad que será necesaria para superar las distintas pruebas del camino académico. Puedes comprar un libro de poesías, trabalenguas o adivinanzas para llevarlo al aula o leerlo a los niños en casa. Ánima a
los pequeños a que memoricen los elementos que más puedan y luego los compartan en voz alta; si están un poco más grandes, ayúdalos a aprender los trabalenguas y poemas de memoria, esto les parecerá retador, pero muy gratificante, además les ayudará con su vocalización y expresión oral.
4. Despierta la curiosidad: La curiosidad es la alegría de descubrir algo nuevo y el deseo de querer explorar más allá de lo que nos han enseñado, para encontrar respuestas a lo desconocido. Un estudio de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, concluyó que los alumnos curiosos no sólo hacen preguntas, sino también buscan activamente las respuestas.
Además, descubrieron que cuando un tema despierta la curiosidad de los niños, pueden recordar fácilmente lo que aprenden ya que es algo que los intriga. Si como padres o maestros logramos despertar la curiosidad de los niños, ellos se sentirán motivados a aprender, incluso aquellos temas que parecen no gustarles tanto.
Para incentivarlos puedes comenzar las clases con una frase llamativa, un dibujo o un vídeo que los vincule al tema que propones. En casa, puedes llevarlos a explorar la naturaleza, de seguro ellos tendrán muchas preguntas, escúchalas con atención y ánima a que las resuelvan por sí mismos.
5. Autonomía: cuando los niños crean hábitos de estudio, comienzan a ser autónomos de su propio aprendizaje, puesto que apropian a su vida el destinar tiempo para estudiar, lo cual evita que deban tener siempre alguien vigilándolos para que cumplan con sus responsabilidades. La autonomía es muy importante, sobre todo para edades futuras, cuando ellos mismos son los responsables de su éxito académico.
Para lograr que tus hijos sean autónomos delégales responsabilidades como ordenar sus juguetes, ayudarte en la cocina, cepillarse los dientes y todas aquellas pequeñas tareas en las que ellos sientan que tienen el liderazgo. Siempre reconoce sus logros y habla con ellos respecto a lo que no hacen bien, de este modo ellos sabrán que son capaces de llevar a cabo con éxito tareas
si las hacen con paciencia, esfuerzo y amor.
Con nuestros programas de la línea de básica primaria: Palabrario & Numerario, Nube9 Global y EsTuDía, buscamos desarrollar habilidades socioemocionales, transformar la pedagogía y el aprendizaje de las matemáticas y el lenguaje, así como reforzar los conocimientos aprendidos en el aula, por medio de la creación de hábitos de estudio.
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