Muchas veces la hora de hacer tareas en casa se transforma en un escenario de batalla. Porque el niño no quiere hacerlas, no entiende, no hay quien lo ayude. Las razones son múltiples, pero es importante resolver las dificultades porque buena parte del desarrollo de nuestros niños y de su avance en el colegio depende de eso.
En este blog queremos hablar del espacio en que se hacen las tareas, a veces no nos damos cuenta que es una parte importante del problema. Un espacio cómodo, adecuado y agradable puede ser la llave para que “la hora de las tareas” pase a ser un espacio más como el de juegos y el de lectura que sea agradable para nuestros hijos.
Desde Genesis Foundation te recomendamos estos puntos para tener en cuenta:
1. Elegir el lugar: lo ideal es encontrar un espacio fijo en la casa que sea estable y que el niño asocie al estudio. Si no se cuenta con un espacio dedicado se puede adecuar un lugar en la habitación o encontrar un objeto que los niños identifiquen con la actividad: un cartel, un mantel especial en la mesa, un cojín diferente en la silla, etc; es clave que sólo lo usen para esto.
2. Separar espacios: el área de trabajo para los niños debe estar separada del lugar del juego y del descanso. Si esto no es posible se puede procurar una separación virtual del espacio. Esto permitirá que los niños y niñas estén atentos a la actividad que están realizando.
3. Mobiliario: lo mejor es que tenga un buen escritorio y una buena silla, estantes o cajones donde pueda guardar los útiles necesarios (lápices, colores, cuadernos, libros, computador). Ojalá no haya elementos distractores cercanos como: celulares, Tablet, juegos, etc.
4. Organizar el tiempo: a partir de cierta edad es bueno tener en este espacio: un planeador de tareas o algo similar. Esto con el objetivo de que aprenda a organizar mejor sus tiempos y en un futuro maneje una agenda.
5. La iluminación: la luz del espacio debe ser cálida y acogedora. Si el espacio de estudio está en la habitación hay que combinar lámparas para separar ambientes. También se puede localizar el escritorio cerca de una ventana, así aprovecha la luz natural y se ahorra energía.
6. Horario específico: este punto es clave para el desarrollo de las tareas porque ayuda a crear el hábito y fomenta su disciplina. Es bueno que los tiempos no sean tan largos (30 a 45 minutos). Una opción es cuadrar para que las onces funcionen como tiempo de receso.
Es importante adaptar estas recomendaciones al contexto y edad del niño, si tiene o no hermanos, los horarios en los que termina clase, si tiene actividades extracurriculares, etc. Pero lo importante es generar el hábito y un espacio organizado y especialmente pensado para ese fin. Este siempre será un buen comienzo.
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